La formación del relieve.
El relieve es el conjunto de formas o irregularidades que presenta la corteza terrestre, cambia constantemente como resultado de procesos internos o endógenos y externos (en la superficie) o exógenos.
Procesos endógenos.
Teoría de la tectónica de placas: la corteza terrestre está formada por placas que flotan sobre la capa superior del manto, desplazándose lentamente; pueden desplazarse, deslizarse una contra otra y chocar.
Cuando se separan las aplacas y se forman grietas o rifts en la corteza oceánica, el magma del interior de la tierra asciende por ellas y al enfriarse crea una nueva corteza, expandiéndose por el fondo oceánico. Esta separación también puede darse entre placas continentales. (Valle del Rift)
Cuando chocan dos placas continentales puede suceder, que con la presión, los materiales formen pliegues dando lugar a la ondulación del terreno o grandes montañas y, si son muy rígidos, que se fracturen en bloques. Las fracturas del terreno se llaman fallas .
Procesos exógenos .
Estas formas de relieve van cambiando con el tiempo durante tres fases: la erosión de las rocas, el transporte de los materiales y la sedimentación o depósito en otro lugar.
Los agentes externos son la temperatura, el viento y la aguas.
Los ríos son capaces de excavar profundos valles y gargantas.
La fuerza del mar puede hacer retroceder los acantilados costeros, y las aguas marinas transportan los materiales arrancados y los depositan en otras zonas formando playas.
Los cambios bruscos de temperatura rompen las rocas. Los canchales o berrocales son acumulaciones de rocas en las laderas.
Las rocas calizas o los yesos no se fragmentan, sino que se disuelven con el agua dando lugar a formas del relieve llamado kárstico.